Comunicados SACH

19-10-2012

¿Qué Tomo para el Dolor?

En nuestro país, la automedicación de analgésicos no esteroidales y antibióticos es alta, siendo las mujeres las mayores consumidoras de analgésicos, práctica que puede aumentar si se aprueba el proyecto de ley que permite la “venta libre” fuera de las farmacias, según advierte la Sociedad de Anestesiología de Chile.

La automedicación se ha convertido en una práctica presente en todas las sociedades. En gran parte de los hogares se recurre a analgésicos o antiinflamatorios para aliviar los síntomas del resfrío, dolor de cabeza o de alguna otra dolencia, sin medir los efectos colaterales que estas ingestas pueden provocar en la salud de las personas.

En Latinoamérica y en Chile en particular, el control sobre la venta de analgésicos no narcóticos y antiinflamatorios no esteroidales es escasa o nula. Ellos pueden ser adquiridos libremente en farmacias y algunos de ellos incluso en las calles, lo que facilita el acceso de las personas a estos productos.

El problema incluso puede verse incrementado ya que, de aprobarse en nuestro país el proyecto de ley que permite “venta libre” o fuera de las farmacias de 1.539 medicamentos, la automedicación va a aumentar en la población, como advierte Juan Pablo Acuña, miembro del Comité de Salud Laboral de la Sociedad de Anestesiología de Chile (SACH), quien agrega que SACH se opone a esta liberalización de medicamentos por venta libre en farmacias o en otro tipo de comercio.  A su juicio lo que facilita la automedicación es la falta de regulación de las farmacias ya que todo medicamento debiera ser expendido con receta. 

Según datos del Ministerio de Economía, las farmacias comercializan US$ 1.500 millones en fármacos, de los cuales US$ 300 millones corresponden a medicamentos sin receta.

En nuestro país la automedicación es una situación preocupante, pues pone en riesgo la salud. De acuerdo a lo señalado en la Política Nacional de Medicamentos emitida por el Ministerio de Salud en abril de 2004, la decisión de compra de los usuarios está influenciada por la presión de la publicidad, el repetir antiguas recetas, el consultar con el dependiente o una decisión tomada por recomendación de terceros.

 

LOS MÁS USADOS

Según explica el doctor Acuña, los analgésicos -especialmente los antiinflamatorios de tipo no esteroidales (que no tienen efecto corticoide) como  Ketoprofeno, Ibuprofeno y Clonixinato de lisina entre otros- son los medicamentos más frecuentes en la  automedicación.

En Chile la automedicación de analgésicos anti-inflamatorios no esteroidales  es alta. Son las mujeres las mayores consumidoras de analgésicos ya que por diferencias de género presentan más frecuentemente cuadros de dolor, como las cefaleas y dolor en el  periodo menstrual. Los hombres por su parte se automedican con estos fámacos en relación a cuadros de lumbago y otros dolores de origen osteomuscular.

El problema se produce cuando estos cuadros de dolor tienden a repetirse o prolongarse y el paciente no consulta a un médico persitiendo la automedicación sin un adecuado tratamiento de la enfermedad. Es de esta forma que síndromes dolorosos se pueden cronificar por un mal tratamiento o,  aún más riesgoso que ello,  se pueden ocultar y progresar enfermedades   malignas cuyo único síntoma inicial es el dolor. Los problemas más frecuentes que pueden provocar el consumo prolongado de anti-inflamatorios no esteroidales, se asocian a problemas serios a nivel gastrointestinal, cardiovascular y  renal que pueden dejar complicaciones permanentes.

A diferencia de los analgésicos de uso común, en aquellos derivados de la morfina como el Tramadol y la Oxycodona y otros, el consumo prolongado, mal indicado o el automedicado  pueden producir dependencia y adicción. Estos analgésicos narcóticos son ampliamente utilizados  en Estados Unidos y países desarrollados  para todo tipo de dolores y en algún momento fueron  también de venta libre. Por los efectos adictivos de estos fármacos el incremento de su consumo trajo como consecuencia un creciente abuso y adicción a ellos generando  el principal problema actual de salud pública de EEUU, con un incremento de adicción y muerte por sobredosis que incluso ha superado  el de  las drogas ilícitas.  Estos países están actualmente adoptando sistemas regulatorios estrictos, programas de educación a los profesionales y a la población con el fin  de revertir estos efectos. En Chile este problema aún no tiene esta magnitud porque existen regulaciones más estrictas para su prescripción y menor disponibilidad en el mercado. No obstante es preocupación de la Sociedad de Anestesiología de Chile que tales regulaciones se mantengan para estos fármacos y no se tienda a liberalizar la prescripción por parte de los médicos.

 

BENZODIACEPINAS

Otras sustancias de  automedicación frecuente son las benzodiacepinas,  medicamentos psicotrópicos que actúan sobre el Sistema Nervioso Central y que pueden generar dependencia y adicción a ellas. A pesar de las restricciones legales existentes para la venta de estos psicotrópicos, numerosas veces se ha denunciado en investigaciones periodísticas su venta ilegal en ferias libres y comercio informal. Al respecto un ejemplo real es el alto consumo por  sobreprescripción  e indicación prolongada de Clonazepam, muchas veces no indicados por especialistas calificados y mantenido en forma prolongada sin justificación médica.

La Sociedad de Anestesiología de Chile mira con preocupación la posibildad de que exista una liberalización de la venta de fármacos como una política de salud pública pues,  aunque esta no incluya inicialmente todos los fármacos señalados, se debe mirar siempre a largo plazo las consecuencias de medidas que se tomen hoy.  Lección de ello ya la tienen  otros países  que en el pasado han seguido esta política y que hoy deben lamentar sus efectos y hacer grandes esfuerzos para tratar  sus consecuencias.

La automedicación en Chile  es por lo tanto un problema que se puede incrementar si se da un impulso a políticas de desregulación en la comercialización y consumo de fármacos especialmente del tipo mencionado.

En consecuencia la SACH piensa  que una política de liberalización de la venta de  fármacos no es una solución que proporcione mejor salud de las personas. Por el contrario la regulación en la prescripción y venta, la educación a los profesionales y población,  y la disponibilidad  a costos razonables  son políticas que sí pueden traer consecuencias positivas a la salud de la personas.

 

CONTACTO PRENSA SACH 

Pilar Araya
Fijos: (56- 2) 9484177 - 9484196 / Celular: (56-9) 88198470Skype: pilar_a_a

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